Tengo una relación muy extraña con los sueños. Lo atribuyo a que mi vida es tan tranquila que siento que a veces mi cuerpo siente que necesita aventura, drama o incertidumbre y por eso me la paso teniendo pesadillas o soñando cosas que me generan tensión. Pues en una de esas pesadillas, una persona se me acerca y me entrega en un papel la siguiente frase: “Nada ni nadie puede quitarte lo que Dios ha planeado para ti“.

Para darte más detalles sobre mí, soy católica y sí creo que Dios ha planeado todo desde el principio de los tiempos hasta el final. En la vida real, yo estaba en una situación caótica y la persona que me entregaba este papel tenía un poco de culpa en haberme metido en esa situación. Entonces, aunque yo no estaba tan tranquila con que esta persona se me acercase, aún en mis pesadillas, la frase que me escribió me hizo sentir bien. En realidad llegué a sentir que las bendiciones, cuando son de Dios, llegan por donde menos te lo esperas. Y realmente confié que eso que recibí esa noche, era una frase directa para mí.

Ese mismo día, en la tarde, encontré la frase en latín con la que inicio este apartado. Fata Viam Invenient. Que en español significa “el destino encontrará una forma de suceder”. Para mí, las dos frases no podrían estar más unidas que nunca. En esencia son la misma cosa. No sé si crees en Dios de la misma forma que yo. Pero si no crees en Él, de seguro crees en el destino, en el tiempo, en el universo, en el infinito o en tu interior. Para mí, Dios es todo eso y es el dueño de todo eso al mismo tiempo. Entonces, si hacés la relación como yo la hago, te darás cuenta que si Dios ha planeado algo para ti, que nadie ni nada te puede quitar lo que se ha planeado para ti y que el destino que Dios ha trazado encontrará una forma de suceder.

Estuve agarrándome de esa frase que había llegado a mí en el instante que yo la necesitaba. Y me di cuenta que así tenía que ser, confiar en que lo que yo no puedo hacer sucederá cuando el destino encuentre una forma y estar preparada porque cuando el destino suceda, entonces me tocará actuar, no antes, no después.

Quedé de verme con William para actualizarnos y siempre que estoy con él, aprovecho de hacerle preguntas de su trabajo, porque me gusta entender mundos de los que conozco poco. Él, como ya conoce que soy una curiosa genuina, me empieza a explicar con detalles todas las dudas que yo tengo. En una de esas le pregunté si había una razón por la que todos los tatuajes de letras tuvieran que ser negros. Él me explicó que la elegancia y la caligrafía, incluso algo de historia de la escritura para entender el porqué. Pero no me fueron suficientes.

Finalmente, le conté todo lo que te cuento arriba y le dije que sería más bonito si esta frase en particular estuviera marcada en mí con alguno de mis colores favoritos. Él me dijo que nunca había hecho un tatuaje de letras con colores. Quizás por la confianza que nos tenemos, quizás porque yo soy de “hagamos esto ya mismo”, quizás porque yo soy muy entusiasta o quizás porque finalmente el destino de William sucedió, él vio la oportunidad de empezar a hacer algo nuevo y la aprovechó.

En menos de 15 minutos tenía mi frase conmigo y él, en menos de 15 minutos de haber publicado mi fotografía, ya tenía una lista de personas que quería tatuarse una frase en colores. Hace poco bromeábamos de cómo ahora casi todos los tatuajes que le llegan a pedir son de colores y me dice: “¿ya ves lo que iniciaste?”.

Creo que es así como deben de ser las cosas en la vida, dejar que Dios (o el destino o como quieras llamarle) mueva las cosas que no están a tu alcance y, después, cuando llegan las oportunidades a tu vida, tomarlas y confiar que sea lo que sea que te haya llegado, fue planeado única y exclusivamente para ti desde el principio de los tiempos.

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